25 Feb Atención Temprana especializada en Autismo
Según el libro blanco de la Atención Temprana, ésta hace referencia al conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y al entorno, que tienen como objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños y niñas con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlo.
En esta definición se incluyen a los niños y niñas con autismo, pero, ¿qué ocurre en estos casos en concreto? En primer lugar, sabemos que el autismo es un diagnóstico difícil de establecer antes de los dos primeros años de vida, por tanto, en muchas ocasiones, la intervención se iniciará más tarde o con un diagnóstico provisional. Esto, junto con la gran diversidad de manifestaciones que vemos en el TEA durante los primeros años de vida, hace que muchas veces sea difícil dirigir el tratamiento hacia los objetivos concretos que este diagnóstico precisa.
Potenciar la atención y acción conjunta son aspectos básicos para comenzar en la intervención con el autismo. Pero no es solo esto, para nosotras es fundamental intervenir en las dimensiones que están más claramente relacionadas con este diagnóstico, por ejemplo las dificultades en el desarrollo social y la falta de flexibilidad cognitiva y comportamental, sin olvidar por supuesto el aspecto comunicativo.
Encontramos unas recomendaciones generales que, según los expertos, no debemos olvidar en la intervención temprana con autismo:
- Actuar intensivamente
- Incluir a la familia en el tratamiento
- Modificar los entornos educativos para optimizar los aprendizajes y la inclusión
Vamos a explicar un poquito más estos tres aspectos.
Actuar intensivamente. La actuación intensiva no se refiere a que el niño o niña tenga que recibir un gran número de sesiones de terapia individualizadas por semana. Sino que implica actuaciones de terapia, orientaciones con la familia e intervenciones desde el ámbito educativo de manera coordinada. Sabemos que una intervención específica y bien dirigida en los primeros años de vida, ayuda a producir mejoras en su evolución.
Incluir a las familias. La familia debe ser el pilar fundamental en la intervención. Sin ell@s, la terapia no tiene sentido. No solo debemos explicarles qué estamos haciendo con su hijo o hija en las sesiones de tratamiento, también es fundamental asesorarlos en todas sus dudas, ofrecer apoyo en los momentos que lo necesiten y por supuesto, trasladar todo lo aprendido en terapia a su día a día.
Modificar los entornos educativos para optimizar los aprendizajes y la inclusión. El entorno educativo necesita adaptarse a los niños con autismo. Estos niños tienen una enorme capacidad para aprender siempre que el entorno se ajuste a sus necesidades. El uso de metodologías específicas como por ejemplo TEACCH favorecerá notablemente su adaptación en el entorno educativo.
En las recomendaciones a familias que buscan atención temprana para su hijo con trastorno del espectro autista, publicadas por AETAPI (Asociación española de profesionales de autismo), se indica que cuanto más especializados en las intervenciones específicas estén los profesionales que realicen la intervención, más eficaz y preciso será su trabajo. Es por esto que desde CELESTA apostamos por una intervención temprana especializada en autismo. Nuestra experiencia nos ha enseñado que solo así se consiguen los avances que deseamos.
Elena Carratalá
Psicóloga especializada en el Trastorno del Espectro Autista
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