DIAGNÓSTICO TARDÍO EN ADULTOS CON AUTISMO

02 Mar DIAGNÓSTICO TARDÍO EN ADULTOS CON AUTISMO

Son muchas las personas que cuando llegan a la vida adulta reciben el diagnóstico de autismo. Personas que a pesar de manifestar conductas propias del tea en la etapa infantil y adolescente, no fueron lo suficientemente llamativas para considerarlas como significativas, asumiendo que eran más independientes o diferentes al resto. Pero realmente siempre han hecho grandes esfuerzos por adaptarse o más bien, camuflarse, para pasar desapercibidas.

La presencia de síntomas leves y un buen nivel cognitivo y/o verbal son la causa de un diagnóstico tardío.

Es por ello por lo que es necesario dar visibilidad a las necesidades que presentan a nivel cognitivo y social las personas que se encuentran en la parte del espectro de menor grado de afectación, lo que conocemos como autismo nivel 1 de apoyo sin discapacidad intelectual y sin deterioro del lenguaje acompañante.

Estas personas llegan a la vida adulta alcanzando autonomía e independencia en sus vidas, con trabajo y/o pareja, pero siguen estando presentes características propias del tea que repercuten en cómo se relacionan, cómo se comunican y como se adaptan a los contextos.

Es necesario dar visibilidad a la presentación de los síntomas en la etapa adulta

Las propias características en su procesamiento sensorial hacen que procesen los estímulos del entorno con la misma intensidad, generándoles un desgaste psicológico y emocional al tener que adaptarse. Además, para muchos las interacciones sociales implican un esfuerzo cognitivo importante para poder adecuarse al ritmo que demanda el propio contexto social.

Si pensamos por un momento lo que implica llevar a cabo una interacción social realmente comprenderíamos el desgaste que esto les supone. Y es que se debe interpretar la comunicación no verbal, emplear habilidades conversacionales, comprender las intenciones o el lenguaje figurado, entre otras. Parte de los adultos que vemos en consulta nos relatan el agotamiento que les supone socializar y cómo posteriormente necesitan de momentos de total desconexión para poder recomponerse.

Por otra parte, para algunos de ellos enfrentarse al mundo laboral  puede suponer un gran reto. Además de las demandas sociales que requieren la mayoría de los puestos de trabajo y la sobrecarga estimular, se ha de sumar las habilidades para gestionar, planificar, tomar decisiones o flexibilizar. El entorno laboral es por tanto también un contexto que requiere llevar a cabo un esfuerzo cognitivo y emocional para poder sobrellevarlo.

Recibir el diagnóstico, más que una etiqueta, les supone un profundo alivio

Es común que, tras años de incertidumbre, de cuestionarse qué les pasa o de porqué se sienten diferentes a los demás, lleguen a la vida adulta manifestando sintomatología clínica que enmascara la sintomatología tea, como cuadros de ansiedad o depresión. En estos casos, la intervención debe estar orientada a abordar esta sintomatología, siendo importante partir de un conocimiento sobre autismo y manifestación de los síntomas en la vida adulta para poder ofrecer una intervención ajustada a sus necesidades.

Tras el diagnóstico, muchos adultos manifiestan sentir un gran alivio y comprensión de lo que les pasa. El diagnóstico no es visto como una etiqueta sino como algo que les ayuda a comprenderse mejor y a liberarse de creencias erróneas que les han estado acompañando toda su vida. Pensar que siempre han sido distintos a los demás, sentirse culpables por ser como son, verse obligados a tener que encajar son algunas de las creencias instauradas.

En este momento es importante acompañar a la persona para que conozca en profundidad la sintomatología y así poder entender su realidad, dejando de luchar por lo que no es para aceptarse tal y como es, dotándole de recursos que les ayuden a seguir avanzando en su vida.

Ángeles Aguilar

Psicóloga especializada en autismo