Y ahora, ¿dónde me tengo que dirigir?
El camino a seguir cuando estás en el punto en el que solo esperas encontrar una explicación a sus dificultades, puede ser variado y en ocasiones confuso. Es importante seguir los pasos adecuados dentro del sistema de salud. En primer lugar, debéis acudir a pediatría y exponer vuestra preocupación, generalmente se realizará una derivación al servicio de neuropediatría o a la Unidad de Salud Mental Infantil, dependiendo de la edad, así como también informar al centro educativo. Paralelamente a todo ello, se recomienda realizar una evalaución completa y/o recibir asesoramiento en centros especializados. La coordinación entre los diferentes agentes que forman parte de la vida del niño/a es fundamental para avanzar con mayor rapidez y efectividad.
Observo comportamientos peculiares en mi hijo/a, ¿cuándo me tengo que preocupar?
Entre el primer y segundo año de vida deben aparecer un conjunto de conductas que se realizan de manera muy habitual. La conducta de señalar, compartir objetos, llamar la atención del adulto, responder al nombre o mirar a los ojos cuando se comunica con nosotros son algunas de ellas. Los niños y niñas con autismo suelen presentar estas conductas mermadas, es decir, puede que no aparezcan en su desarrollo, que aparezcan pero con una frecuencia mucho más baja a la esperada o que aparezcan, pero de forma tardía. Es en estos casos cuando debes consultar con un profesional, dado que estas conductas son consideradas señales de alarma en el TEA.
Mi hijo/a tiene síndrome de Asperger pero ¿eso es lo mismo que tener autismo?
Si, aunque continúa existiendo confusión en este tema, la nueva clasificación diagnóstica (DSM 5) engloba al síndrome de Asperger dentro de la terminología de Trastorno del Espectro Autista, haciendo una clasificación en grados según el nivel de apoyo que necesitan.
En este manual diagnóstico desaparece la terminología Síndrome de Asperger, pasando a llamarse ahora Trastorno del Espectro Autista correspondiente con grado 1 de apoyo.
¿Cómo escoger el tratamiento más adecuado para mi hijo/a?
En primer lugar, es importante saber que tenemos que elegir tratamientos basados en la evidencia, es decir, aquellos que han podido demostrar eficacia en estudios científicos. Si una intervención no ha mostrado efectividad adecuadamente, es mejor no llevarla a cabo.
No hay que olvidar que también tendremos que tener en cuenta otros aspectos como la experiencia del terapeuta o las características del propio niño/a, factores que también ayudarán a determinar el tratamiento a llevar a cabo.
¿Es posible tener un diagnóstico claro antes de los 6 años?
Hemos escuchado a muchas familias decirnos como otros profesionales les han informado que antes de los seis años es demasiado pronto para tener un diagnóstico. Desde CELESTEA creemos firmemente en el diagnóstico temprano, ya que tenerlo ayuda a realizar una intervención específica. Siempre que se realice una evaluación completa por profesionales con formación específica en el campo, y se obtengan conclusiones claras, el diagnóstico de autismo puede establecerse a partir de los dos años aproximadamente, en ocasiones incluso antes de esta edad.
Esta es quizá la pregunta más repetida por las familias cuando se recibe el diagnóstico de TEA. En este momento es algo que no podemos saber con certeza, pero sí estamos seguras que lo más adecuado es intervenir tempranamente, con las metodologías adecuadas, implicando a la familia y a la escuela y conociendo específicamente las necesidades del niño. Nuestro objetivo principal es el acompañamientos a la familia, ofreciendo los apoyos más adecuados en sus habilidades socio-comunicativas y de conducta.